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Muchas veces, vivimos sin un motivo. ¿Acaso no es un motivo el hecho, de tener aire en los pulmones y respirar? ¿El tener sueños? ¿Metas por alcanzar sabiendo que son realizables y que sólo tenemos que luchar un poco por lograrlas? ¿El sabernos libres para elegir, para tomar el camino correcto?

Tal vez pensarás: "¿Cómo saber, cuál es el camino correcto?" Te aseguro, que tu corazón te lleva a él, pero tu mente se encarga muchas veces de desviarte, y es ahí, donde interviene "tu capacidad de elegir, tu don de sabiduría, tu virtud de evitar las tentaciones, tu fuerza de voluntad, tu opción de decidir."

-¿Acaso no es un motivo sentir nuestro corazón latir cada segundo; ser seres pensantes capaces de analizar lo que está bien, lo que está mal... lo que nos puede ayudar en nuestro caminar, lo que nos puede perjudicar. Poder brindar aliento a otros... una sonrisa, una carcajada que salga desde tu profundidad interior, ¿disfrutar de las maravillas que se nos presentan gratuitamente cada día?

-Es un motivo sentir y palpar la belleza externa e interna de lo que nos rodea; admirar la hermosura de las flores, llenarnos con el cantar de los pajarillos, meditar en la dulzura de una bella melodía, contemplar la ternura de un pequeño niño, ver la luz que emerge de la oscuridad, saber que más allá, nos espera un total misterio...